Se podría hablar de los
vertederos como testigos del fracaso de las famosas tres R’s: Reducir,
Reutilizar y Reciclar. Si imaginamos “la batalla contra los residuos” como una
pirámide, encontraríamos en la cima los vertederos, como el último recurso a
utilizar y en la base, la reducción en la producción de residuos. ¿Qué mejor
manera hay de luchar contra los resuiduos que no generarlos? Supone cortar el
problema desde la base, la raíz.
Tomemos el plástico como
ejemplo más extendido. A nosotros que hemos nacido en la era del plástico, nos
costaría imaginar cómo sería un supermercado sin él. Sin embargo, nuestros
abuelos no conocieron el sobreembalaje al que estamos acostumbrados nosotros.
Ellos compraban la comida en el mercado, al que acudían con su cesta. Dos
jóvenes alemanas han retomado esta idea, y han abierto en Berlín un
supermercado sin envases que no genera residuos. El concepto es simple: los
alimentos se venden a granel y los consumidores llevan sus propios recipientes
y bolsas al supermercado.
Existen numerosas
propuestas de personas que luchan contra la exagerada generación de residuos
plásticos de hoy en día, atacándola desde la base, planteando modos de consumo
y de vida que reducen o directamente evitan la generación de residuos.
El movimiento Zero waste: Refuse, Reduce, Reuse and Recicle
propone decir que no a ciertos bienes materiales superfluos que la sociedad de
consume nos convence que necesitamos. Nos presenta un cambio de paradigma: las
personas que se han unido a esta iniciativa no generan basura. Como ejemplo, la
siguiente familia, que aprendió a vivir sin generar basura o a reciclar la que
generaban.