
Los
filtros no son biodegradables, están fabricados con hidrocarburos y
acetato de celulosa, derivados del petroleo, tarda más de diez años
en degradarse de forma natural. El problema básico no radica en el
tiempo que perduran estos residuos, sino en la toxicidad que acumula,
está diseñado para acumular los componentes del tabaco, que son
liberados en contacto con el agua. Por lo tanto cuando llegan a los
ríos o incluso al mar,...